Mejorando tu experiencia de lavado de cabello
El cabezal de ducha ha recorrido un largo camino desde sus orígenes básicos. Si bien su función principal permanece sin cambios, brindar una experiencia de ducha refrescante y limpiadora, ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta de comodidad, lujo y sostenibilidad. Los cabezales de ducha han sido parte de los rituales de higiene humana durante siglos y se remontan a civilizaciones antiguas. Esas primeras versiones, excluyendo las cascadas naturales, eran rudimentarias, involucraban contenedores o vejigas de animales con pequeños agujeros y el agua no necesariamente se calentaba. El concepto de una fuente de agua elevada para ducharse evolucionó gradualmente, pero no fue hasta finales del siglo XVIII que comenzaron a surgir cabezales de ducha modernos. Un hombre llamado William Feetham patentó un sistema que utilizaba una combinación de boquillas y bombas para crear una experiencia de ducha más cercana a la que tenemos hoy. A partir de ahí, los avances en materiales, diseño y tecnologías de ahorro de agua han seguido dando forma a la evolución del cabezal de ducha.
La innovación constante ha dado lugar a una variedad de características y tecnologías que mejoran la experiencia de la ducha. Probablemente los más relevantes para los peluqueros sean la tecnología de aireación y los sistemas de filtrado. La aireación mezcla el aire con el agua, lo que da como resultado gotas de agua más grandes y más suaves, brinda la sensación de una ducha de alto flujo mientras se usa menos agua. Mientras tanto, los sistemas de filtrado eliminan las impurezas del agua, proporcionando una experiencia de ducha más limpia y saludable.
Seleccionar el cabezal de ducha adecuado depende de su forma de trabajar y de sus prioridades. Considere siempre la presión del agua del salón; Algunos cabezales de ducha funcionan mejor con una presión más baja, mientras que otros requieren una presión alta para un rendimiento óptimo. ¿Es la eficiencia del agua un factor para usted? Últimamente, cada vez más salones controlan el consumo de agua. Si es consciente del medio ambiente o simplemente busca ahorrar costes, opte por un cabezal de ducha ahorrador de agua para reducir el consumo de agua. Un lavado de cabello promedio consumirá entre 11 y 15 litros, por lo que cualquier ahorro se acumulará rápidamente. Recuerda que menos agua significa energía para calentarla también. Algunos cabezales de ducha ofrecen una variedad de chorros que pueden adaptarse a su forma de trabajar y ofrecer a sus clientes una experiencia más memorable.
El mantenimiento es algo que puede pasarse por alto. Si bien puede sentirse tentado por un cabezal de ducha elegante, es posible que descubra, debido al agua dura, por ejemplo, que esos numerosos agujeros se convierten rápidamente en pinchazos. Las superficies de goma en lugar de metal o plástico pueden simplificar la eliminación de la cal. En el caso de metal o plástico, asegúrese de que el filtro no se obstruya rápidamente. Finalmente, asegúrese de que el cabezal de ducha sea compatible con su plomería existente y fácil de instalar.
El cabezal de ducha ha recorrido un largo camino hasta convertirse en un accesorio versátil que satisface diversas preferencias y necesidades. Para mantener los cabezales de ducha funcionando sin problemas, límpielos con regularidad y considere cambiar el filtro cada pocos años. Para reducir el consumo actualiza el filtro a reductor de caudal, no es necesario cambiar el cabezal de ducha completo para ello. Finalmente, para introducir diferentes flujos de agua, considere los cabezales de ducha como Pluie, que pueden cambiar de tipo y también tienen un reductor de flujo integrado.